miércoles, agosto 25, 2004

 

Perspectivas de modificación consciente de la vida cotidiana

La pregunta es: ¿de qué está privada la vida privada? Simplemente de vida, cruelmente ausente. La gente está tan privada de comunicación y de realización de sí misma como resulta posible. Habría que decir: de hacer personalmente su propia historia. Las hipótesis que traten de responder positivamente a esta cuestión de la naturaleza de la privación no podrán enunciarse si no es en forma de proyectos de enriquecimiento, de otro estilo de vida, de estilo en definitiva... O bien, si se considera que la vida cotidiana se encuentra en los límites entre el sector dominado y el sector no dominado de la vida, es decir en el lugar de lo aleatorio, habrá que llegar a sustituir el presente ghetto por unos límites constantemente móviles; trabajar permanentemente en la organización de posibilidades nuevas. por Guy Debord


 

The Revolution of Everyday Life

"...The modern world must learn what it already knows, become what it already is, by means of a great work of exorcism, by conscious practice. One can escape from the commonplace only by manhandling it, mastering it, steeping it in dreams, giving it over to the sovereign pleasure of subjectivity. Above all I have emphasized subjective will, but nobody should criticize this until they have examined the extent to which the objective conditions of the contemporary world are furthering the cause of subjectivity day by day. Everything starts from subjectivity, and nothing stops there. Today less than ever..."
"...The man of survival is man ground up by the machinery of hierarchical power, caught in a mass of interferences, a tangle of oppressive techniques whose rationalization only awaits the patient programming of programmed minds..." by Raoul Vaneigem


 

A Walk Through Durham Township, Pennsylvania

Link a un ejemplo de Foto Blog:
Taking a breath away from big city life, Kathleen Connally of DurhamTownship.com dazzles the world of photobloggers with a shrine of photography dedicated to small town America. At 41, Kathleen has a busy schedule as a full-time mom with three-year-old son Isaac, but manages to find time at the wee hours of 5 and 6 a.m. to shoot between 100 to a 150 photos a day all within a 10-mile radius of her house in Durham, Pennsylvania. "I'm literally out everyday—it's pretty spectacular. You get that golden light—an unbeatable time to shoot." It's amazing that a person can constantly find new terrain to cover within 10 miles of home. Connally, who explains that 99% of her photography is just that, says that "the changing conditions throughout the year can make the place so different. I'm always thinking about light actually."

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Permanence Through Change: The Variable Media Approach

The publication Permanence Through Change: The Variable media Approach is published by the Solomon R. Guggenheim Museum, in New York, and the Daniel Langlois Foundation, in Montreal. The texts are in English and in French. It is available in pdf format : Please click here to download the complete publication in one pdf file (2 MB), or select through the table of content below.

 

Alles Fertig: se acabó (una conversación sobre el arte de hoy)

Catherine David & Paul Virilio
Catherine David: Tu trabajo explora el mundo actual, un mundo en el que la tecnología de las telecomunicaciones tiende a abolir tiempo y espacio. En este contexto, tu propones la idea de una deslocalización general. ¿Cómo definirías un arte deslocalizado?
Paul Virilio: Está claro que la deconstrucción es una de las grandes cuestiones filosóficas y políticas de hoy en día. Y hablo de deconstrucción en un sentido amplio, no sólo de la deconstrucción de Derrida. El arte puede incluso haberse anticipado al debate sobre la deconstrucción, mucho antes que la arquitectura y que la filosofía. Me gustaría recordar que la palabra deslocalización tiene la misma raíz que el verbo latino dislocare, dislocar: las dos palabras proceden de la misma fuente. La cuestión es entonces hasta qué punto puede el arte ser dislocado, deslocalizado. Eso nos lleva a la cuestión de la realidad virtual. Hemos pasado de la dislocación espacial -en el arte abstracto y el cubismo- hasta la dislocación temporal que ahora está en curso. Esto representa la virtualización en su misma esencia: la virtualización de las acciones «mientras suceden» y no simplemente de lo que ya fue, recordando la idea de Barthes. No es la virtualización de la fotografía, de la reproducción o del cine; no se produce ya en tiempo diferido, sino en tiempo real. También diría que la velocidad relativa ha sido la velocidad del arte en general. Todo arte ha tenido un tiempo interno relativo, no sólo la danza y la música, también la pintura. Lo que está entrando en juego hoy en día no es ya la velocidad relativa, sino la absoluta. Avanzamos contra la barrera del tiempo. La virtualidad es la velocidad electromagnética que nos lleva al limite de la aceleración. Es una barrera irrebasable. Esta es la cuestión de la transmisión en vivo, del tiempo global, de la intercomunicación casi instantánea. ¿No es la barrera del tiempo también una barrera irrebasable para el arte? ¿No tiene el arte que tratar esta contingencia, cuando choca con la barrera del tiempo real?
Katherine David fue curadora de una Documenta anterior
Paul Virilio es el Filosofo del Urbanismo, la Tecnologia y la Velocidad contemporanea



 

Los papalagi

Los Papalagi ( los hombres blancos ) viven como los crustáceos, en sus casas de hormigón. Viven entre las piedras, del mismo modo que un ciempiés: viven dentro de las grietas de lava. Hay pìedras sobre él, alrededor de él y bajo él. Su cabaña parece una canasta de piedra. Una canasta con agujeros y dividida en cubículos.

Sólo por un punto puedes entrar y abandonar estas moradas. Los Papalagi llaman a este punto la entrada cuando se usa para entrar en la casa y salida cuando se deja, aunque es el mismo y único punto. Atada a este punto hay un ala de madera enorme que uno debe empujar fuertemente para entrar. Pero esto es sólo el principio: muchas alas de madera tienen que ser empujadas antes de encontrar la que verdaderamente da al interior de la choza. Tuiavii de Tiavea*

 

EL TEATRO DE LA CRUELDAD Y LA CLAUSURA DE LA REPRESENTACIÓN

«... La danza / y por consiguiente el teatro / no han empezado todavía a existir.» Esto puede leerse en uno de los últimos escritos de Antonin Artaud («El teatro de la crueldad», en 84, 1948). Pero en el mismo texto, un poco antes, se define el teatro de la crueldad como «la afirmación / de una terrible / y por otra parte ineluctable necesidad». Así pues, Artaud no reclama una destrucción, una nueva manifestación de la negatividad. A pesar de todo lo que tiene que saquear a su paso, «el teatro de la crueldad / no es el símbolo de un vacío ausente». Sino que afirma, produce la afirmación misma en su rigor pleno y necesario. Pero también en su sentido más oculto, frecuentemente el más enterrado, apartado de sí: por «ineluctable» que sea, esta afirmación «no ha empezado todavía a existir». Está por nacer. Pero una afirmación necesaria sólo puede nacer si renace a sí misma. Para Artaud, el porvenir del teatro -y en consecuencia el porvenir en general- no se abre más que mediante la anáfora que se remonta a la víspera de un nacimiento. La teatralidad tiene que atravesar y restaurar de parte a parte la «existencia» y la «carne». Habrá que decir, pues, del teatro lo que se dice del cuerpo. Ahora bien, es sabido que Artaud vivía al día siguiente de una desposesión: su cuerpo propio, la propiedad y la propia limpieza de su cuerpo le habían sido sustraídos en su nacimiento por ese dios ladrón que, a su vez, había nacido «de hacerse pasar / por mí mismo».[i] Sin duda, el renacer pasa -Artaud lo recuerda frecuentemente- por una especie de reeducación de los órganos. Pero esto permite acceder a una vida anterior al nacimiento y posterior a la muerte («... a fuerza de morir / he acabado ganando una inmortalidad real» [p. 110]); no a una muerte antes del nacimiento y después de la vida. Es eso lo que distingue a la afirmación cruel de la negatividad romántica; diferencia sutil, y sin embargo decisiva. Lichtenberger: «No puedo desprenderme de esta idea de que estaba muerto antes de nacer, y de que volveré por la muerte a ese mismo estado... Morir y renacer con el recuerdo de su existencia precedente, a eso le llamamos desvanecerse; despertarse con otros órganos, que primero hay que reeducar, es a eso a lo que le llamamos nacer». Para Artaud, se trata ante todo de no morir al morir, de no dejarse despojar entonces de su vida por el dios ladrón. «Y creo que en el momento extremo de la muerte hay siempre algún otro para despojarnos de nuestra propia vida» (Van Gogh, el suicidado de la sociedad).

Pensar la clausura de la representación es, pues, pensar la potencia cruel de muerte y de juego que permite a la presencia nacer a sí misma, gozar de sí mediante la representación en que aquélla se sustrae en su diferancia. Pensar la clausura de la representación es pensar lo trágico: no como representación del destino sino como destino de la representación. Su necesidad gratuita y sin fondo.
Por Jacques Derrida


 

BLOGANDO habitando TROBANDO el LOG

Este nuevo espacio se abre a la discusión, el estudio y la creación entorno a las artes del tiempo.

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